Físicos (humedad, viento, cambios de temperatura, exposición a la radiación ultravioleta) y químicos (cosméticos de cuidado mal seleccionados) |
Genética, alimentación poco saludable, falta de actividad física, presencia de malos hábitos, medicamentos, enfermedades crónicas de órganos internos. |
Estrés, trastornos metabólicos en las células, disminución de la función inmunológica, deterioro de la circulación sanguínea, disminución de la elasticidad de la piel, arrugas, deterioro del tono facial, pigmentación y cambios en la piel relacionados con la edad. |